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jueves, 7 de noviembre de 2019

Julio Romero de Torres, en Fundación Bancaja de Valencia

"Este gran pintor, emotivo y consciente, sabe que para ser perpetuada por el arte no es la verdad aquello que en un momento está a la vista, sino lo que perdura en el recuerdo. Yo suelo expresar en una frase este concepto estético, que conviene por igual a la pintura y a la literatura: nada es como es sino como se recuerda". (R. del Valle-Inclán, Exposición Nacional 1908)

La exposición Julio Romero de Torres. Social, modernista y sofisticado, organizada por la Fundación Bancaja con la colaboración  de Bankia, y que hemos tenido la oportunidad de ver hace unas semanas en Valencia, hace un recorrido por la obra del gran pintor cordobés (1874 - 1930), una de las figuras esenciales del arte español de finales del siglo XIX y principios del XX,  que supo aunar sus raíces cordobesas y andaluzas con su faceta de hombre cosmopolita y de mundo: vivió en Madrid durante unos años, frecuentando círculos intelectuales y cafés literarios, donde se relacionó con gente de la cultura tan importante como Ortega, Azaña, Valle-Inclán, Unamuno, Zuloaga, o los hermanos Machado, entre otros, y viajó por Francia, Italia, Marruecos, Gran Bretaña, Argentina...lo que le hizo conocer y valorar a autores italianos renacentistas, prerrafaelistas o el Art Déco.
La muestra, que es la  primera monográfica que se realiza en Valencia de Romero de Torres, está comisariada por el catedrático de historia del arte de la Universitat de València Fco. Javier Pérez Rojas, y presenta obras  procedentes de más de una veintena de colecciones públicas y privadas entre las que están el Museo Julio Romero de Torres de Córdoba, el Museo Carmen Thyssen de Málaga, el Congreso de los Diputados, la Junta de Andalucía, entre otros; en total, 55 obras de gran formato -la mayoría óleos sobre tela, y algunos carteles- además de una selección de fotografías personales, de familia y amigos, y de la proyección de la película  Julio Romero de Torres, de Julián Torremocha, con las únicas imágenes en movimiento que se conservan del pintor. 
Desde 1895 a 1929 se hace un recorrido cronológico y conceptual por la obra de Romero de Torres: desde el Naturalismo de sus primeras obras de fines del siglo XIX, al Modernismo Art Noveau de principios del XX, para desembocar, a partir de 1907, en una etapa con un estilo personal muy marcado, en la que destaca como retratista y en la que va más allá del regionalismo.Y de forma transversal en toda su obra está presente la preocupación social y el simbolismo.
Entre sus obras destacadas se encuentran "Feria de Córdoba" y "La Buenaventura", ambas procedentes del Museo Carmen Thyssen de Málaga,  "Vividoras del amor", que representa a cuatro prostitutas esperando la llegada de clientes y que fue rechazada en la Exposición Nacional de 1906 por considerarla inmoral, "La Consagración de la Copla", "Musa gitana", "Composición con la Chiquita Piconera", o los estupendos retratos, la mayoría femeninos como los de "Ysolina Gallego" y de "Concepción Luque Álvarez".
Un excelente recorrido, pues, por la obra de este pintor cordobés, sofisticado y clásico a la vez que, más allá de tópicos, ha logrado tener un estilo propio, aunando tradición y simbolismo.
Se podrá visitar hasta el 8 de diciembre de 2019 en Fundació Bancaixa, Plaza de Tetuán de Valencia.
Mira qué bonita era  1895  (óleo sobre lienzo)
Japonesas con quimono  1895-98 (óleo sobre lienzo)
Cartel para las fiestas de 1902  (óleo y carboncillo sobre papel)
Mal de amores  1905  (óleo sobre lienzo)
Vividoras del amor  1905-06  (óleo sobre lienzo)
Musa gitana  1906  (óleo sobre lienzo)
La Consagración de la Copla  1911-12  (óleo y temple sobre lienzo)
La Buenaventura  1920  (óleo sobre lienzo)
Ysolina Gallego 1910  //  Retrato de Concepción Luque Álvarez 1925 
(óleos sobre lienzo)
Julio Romero de Torres

                       

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