"Frantz", es una película francesa, de 2016, del director François Ozon (1967), autor también de "Swimming Pool", "8 femmes", "Angel", "Dans la maison", "Une nouvelle amie"...
Recién acabada la 1ª Guerra Mundial, un joven francés, Adrien (Pierre Niney), visita la tumba de un soldado alemán muerto en la contienda. Allí se encontrará con Anna (Paula Beer), que fue novia del soldado, y que vive con sus suegros en un pequeño pueblo alemán. El joven conocerá a la familia y se hará pasar por un amigo del hijo muerto, lo que provoca la simpatía de los padres, que lo acogen como un hijo. Ante esa actitud y el sentimiento que surge entre Anna y él, Adrien, con sentimiento de culpa y necesidad de ser perdonado, no se atreve a confesarles la verdad.
Este es, a grandes rasgos, el argumento de la película. Pero los amantes del cine clásico en general, y de Lubitsch en particular, en seguida reconocimos la historia. En 1932, Ernst Lubitsch llevó al cine la novela y posterior obra de teatro "L'homme que j'ai tué" (1925) del escritor francés Maurice Rostand, con el nombre de "The broken lullaby" (Remordimiento), único drama sonoro del cineasta estadounidense de origen alemán. La obra cuenta la historia de un joven soldado francés, Paul Renard que, desesperado por haber matado a un joven alemán durante la Guerra del 14, decide buscar a sus padres para pedirles perdón. Pero el enamorarse de la novia y el miedo a hacerles daño hace que mantenga la mentira.
Las dos películas responden al mismo espíritu antibelicista, en el que se nos habla del absurdo de la guerra, y de cómo la cercanía entre los pueblos está por encima de bandos enemigos. En ellas también se habla del remordimiento y el sentimiento de culpabilidad, de la necesidad de ser perdonado, de la música, y el arte, como elemento de reconciliación, de las mentiras que ayudan a vivir frente al dolor insoportable de la verdad, como diría Unamuno...
¿Qué diferencia a una y otra?
En la versión de Ozon el personaje de Adrien se muestra más ambiguo en cuanto a su relación con el soldado alemán, y la novia, Anna, adquiere más protagonismo, sobre todo en la última parte, en la que viaja a Francia.
Hay también una voluntad estética en la película del director francés, con una fotografía muy cuidada, y uso del blanco y negro en casi toda ella, dejando el color solo para momentos puntuales, no en clave de pasado/presente. Todo ello quizás con el objetivo de marcar diferencias con la obra de Lubitsch...
Las dos son películas muy recomendables, pero confieso que "Frantz" no me llegó a emocionar tanto como lo hizo "Remordimiento" en su día, quizás por el déja vu...
"Franz":
"The broken lullaby" (Remordimiento):
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