"Las cosas no son ni blancas ni negras, lo que reina es el gris. Los hombres, sus almas... pasa lo mismo. Tú eres un alma gris, rematadamente gris, como todos nosotros..."
(Pág. 107 Edit. Salamandra)
Novela del escritor y guionista francés Philippe Claudel (1962), que recibió el Premio Renaudot en 2003 por esta obra. Leída en enero de 2015 a propósito de una tertulia literaria.
La historia se sitúa en un pueblo del norte de Francia, en 1917, en plena guerra mundial. Contada en 1ª persona por un narrador partícipe de la historia -más adelante sabremos que es policía- y que, de forma retrospectiva, ya con 50 años, va contando lo que pasó en esos años desde el asesinato de "Belle", una niña de 10 años, y la investigación del caso, hasta años después. Por él conocemos a la gente del pueblo: el fiscal Destinat, distante e implacable, el dueño del bar "Rebillon" y padre de tres niñas, entre ellas la asesinada, el juez Mierck y el coronel Matziev, que se comportan de forma despiadada y cruel, la joven maestra Lysia Verhaisene, Josephine Maulpas "la Pelleja", la prostituta Agathe Blanchard... y por él vamos configurando también una opinión de lo que ocurrió, aunque luego las cosas no sean lo que parecen, aunque entendamos al final, la necesidad del narrador de contar, de "explicarse"...
La novela es interesante, por un lado porque presenta un mundo en el que la diferencia bueno/malo queda matizada por ese gris que predomina en toda la historia, en un ambiente rural de vidas grises y mediocres, y por otra parte, por cómo aparece el trasfondo de la guerra, no directamente, pero sí presente desde el principio de la historia, impregnándola toda ella de "melancolía":
"Tardamos cuatro horas en llegar a V...Había que dejar paso a los convoyes que, a pie, en carretas o en camiones subían hacia la línea del frente. Los soldados nos miraban con ojos melancólicos. Ninguno se movía, ninguno hablaba. Eran como pálidos animales vestidos de azul que se dejaban llevar dócilmente al gran matadero" (Pág. 115).
Fue llevada al cine en 2005 por Yves Angelo: "Les âmes grises".
No hay comentarios:
Publicar un comentario