Película de 1984 del director alemán Win Wenders y guión de Sam Shepard, en coproducción germano-francesa. Vista en los cines Albéniz de Málaga en diciembre de 2014.
Creo que es la tercera vez que la veo y todavía hay escenas que consiguen emocionarme: cuando ven películas familiares en súper 8 ("entonces éramos felices", como dice el niño), la conversación en el locutorio, la música de Ry Cooder ...
La película está rodada en inglés, en E. Unidos, y es el desierto de Mojave en Texas el que está presente: un hombre solo camina bajo el sol, desorientado, en medio de la nada. Así empieza la película...Una "road movie" en dos direcciones: el primer recorrido del protagonista, solo, es de huida de su situación, perdido en la inmensidad del desierto, va andando por los raíles del tren, amnésico y sin destino fijo; el segundo, en compañía de su hijo y recuperada ya la memoria, es de rehabilitación, de redención: recuperar a la madre para su hijo y viceversa, aunque eso le suponga seguir su camino solo definitivamente...
La película no se entiende sin la música de Ry Cooder que, con el tema principal y la Canción mixteca, está presente continuamente y, junto con las imágenes del desierto, de carreteras solitarias, de sitios abandonados... logran crear una atmósfera tan melancólica y especial que también nos recuerdan ambientes y personajes de los cuadros de E. Hopper.
La mejor película de Win Wenders y, aunque solo tiene treinta años, ya un clásico del cine.
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