Esas cosas que valen la pena: El mundo kafkiano de Tetsuya Ishida, en el Palacio de Velázquez de Madrid

jueves, 25 de julio de 2019

El mundo kafkiano de Tetsuya Ishida, en el Palacio de Velázquez de Madrid

Viaje de regreso (Kiro) 2003 (acrílico y óleo sobre lienzo)

"Intenté reflejarme a mí mismo -mi fragilidad, mi tristeza, mi ansiedad- como una broma o algo divertido sobre lo que reír... A veces era visto como una parodia o sátira de la gente contemporánea. Me expandí para incluir a los consumidores, los especuladores, los trabajadores y los japoneses. Las figuras del cuadro se expandieron hacia gente que puedo sentir." (1999 Tetsuya Ishida)

Tetsuya Ishida (Yaizu 1973- Tokio 2005) fue un pintor japonés, convertido en artista de culto en su país, pero poco conocido en occidente. Estudió Bellas Artes en la Universidad Musashino de Tokio; de carácter introvertido, vivió la crisis de los 90, y dedicó su vida y todos sus recursos a la pintura, aunque no vivió de ella. Murió a la edad temprana de 32 años, probablemente por suicidio, arrojándose a las vías del tren.

En Europa se presentaron por primera vez algunas de sus obras en la 56 Bienal de Venecia de 2015, pero la primera retrospectiva de su obra fuera de su país la podemos ver actualmente en el Palacio de Velázquez del Retiro en Madrid. Organizada por el Museo Reina Sofía y comisariada por Teresa Velázquez, la muestra lleva por título Autorretrato de otro y se presentan unas 70 pinturas, la mayoría acrílicos sobre lienzo, dibujos y cuadernos, en una selección de sus obras desde 1996 hasta 2004.

En la mayoría de las pinturas que podemos ver en esta muestra aparecen personajes masculinos, jóvenes trasuntos de él mismo, que representan al sujeto contemporáneo, atrapados en un mundo de soledad y alienación de la sociedad japonesa de fin de siglo XX y de la sociedad capitalista en general. El exceso de trabajo de los karoshi" o los adolescentes que escogen el aislamiento de la sociedad -los hikikomori-, la sociedad de consumo, fuertemente tecnologizada, con sistemas educativos y laborales basados en la productividad y la competitividad, son elementos temáticos que están presentes en sus obras, en las que predominan los tonos fríos, y la figura humana, metamorfoseada e integrada en objetos, animales, en situaciones claustrofóbicas, con tintes kafkianos y surrealistas.

A través de la repetición de esos jóvenes empleados o escolares, Ishida nos presenta un mundo opresivo y alienado, donde vida y trabajo se confunden, y que tiene como única alternativa el consumo desaforado.

A través de una pintura figurativa, con rasgos surrealistas, Tetsuya Ishida hace una dura crítica de la sociedad que le tocó vivir en los 90, marcada por la crisis y la burbuja financiera, pero incluye también el humor y la ironía, dando forma a una obra tan personal como inquietante.

La exposición se podrá visitar en Madrid hasta el 8 de septiembre de 2019, antes de viajar a Chicago