"Me gustaría que mis cuadros se vieran como si un ser humano hubiera pasado por ellos como un caracol, dejando un rastro de la presencia humana y de la memoria del pasado, igual que el caracol va dejando su baba" (Francis Bacon)
Que Francis Bacon (Dublín 1909-Madrid 1992) dibujaba, además de pintar, es algo que pudimos ver en la excelente exposición del Museo Picasso de Málaga: "Bacon, Freud y la escuela de Londres", finalizada hace unos días y de la que ya hemos hablado en este blog. Coincidiendo parcialmente en el tiempo con ella he podido ver en el Centre Cultural Bancaixa de Valencia la exposición "La qüestió del dibuix" ("La cuestión del dibujo") después de su paso por el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en la que se muestran 58 obras a lápiz, pastel y collages del artista, pertenecientes a la colección de Cristiano Lovatelli Ravarino, periodista y amigo íntimo de Bacon durante años, y que recibió como regalo.
Son obras fechadas y firmadas por el autor (queda fuera de duda su autenticidad, en otras ocasiones controvertida), realizadas entre 1977 y 1992, ya en su última etapa, dibujos con entidad propia, con gran colorido y en los que aparecen cuatro temas recurrentes en Bacon: Papas ("Inocencio X" de Velázquez), crucifixiones, figuras sentadas y retratos/autorretratos.
Se podrá visitar hasta el 15 de octubre de 2017. Interesante para conocer un poco mejor al pintor británico, considerado como uno de los artistas más importantes del siglo XX.
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