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lunes, 24 de agosto de 2015

"El mundo sigue", de Fernando Fernán Gómez. Recuperación de una obra olvidada


Película española, de 1963, del director, escritor y actor Fernando Fernán Gómez, basada en la novela del mismo nombre de Juan Antonio Zunzunegui. Se estrenó en 1965 y tuvo muy poco recorrido comercial, debido a problemas con la censura. Es ahora, más de 50 años después cuando la película se ha recuperado de nuevo, gracias a la restauración y al interés de Juan Estelrich hijo, presentándose primero en el Festival de  Cine Español de Málaga, en abril de 2015, y en verano en las salas comerciales. Vista en los cines Babel de Valencia en julio de 2015.
La película presenta el enfrentamiento entre dos hermanas que se odian, de familia modesta, con diferente moral y carácter, pero que cada una a su manera luchan por sobrevivir en una España negra, en plena dictadura franquista. Es la sociedad española la que pasa por el ojo de la cámara y vemos la miseria, la frustración por los sueños perdidos, el machismo imperante, la difícil situación de la mujer...todo ello con unos excelentes actores y actrices empezando por el propio Fernando Fernán Gómez, que encarna aquí a un personaje detestable: un marido maltratador, egoísta, adicto a las quinielas, y Lina Canalejas y Gemma Cuervo, como esas hermanas enfrentadas. (En el coloquio que hubo en Málaga con motivo de su reestreno se quejaba Gemma Cuervo de la ocasión perdida que fue para ella el que apenas se distribuyera la película en su día). Y, junto a ellos, en papeles secundarios, actores de la talla de Agustín González, como crítico teatral, Milagros Leal, Maria Luisa Ponte, Fernando Guillén, Marisa Paredes, Pilar Bardem...
La película se rodó en exteriores, en los barrios de Malasaña y Chueca de Madrid, y refleja, casi de forma documental la vida de entonces: las calles, comercios, bares... Tiene puntos en común con el Neorrealismo italiano, y presenta elementos novedosos entonces, como el uso del monólogo interior, o los flashbacks.
Obra casi perfecta, salvo por un ligero exceso de metraje. Se puede considerar como una de las mejores películas de Fernán Gómez, que  no hay que dejar de ver.



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